La miel es un edulcorante natural que se ha utilizado durante miles de años como alimento y medicina. Pero, ¿sabías que la miel también tiene efectos anticancerígenos?
La miel contiene muchos compuestos bioactivos, como flavonoides, ácidos fenólicos, enzimas y antioxidantes, que pueden modular los procesos moleculares involucrados en el desarrollo y progresión del cáncer. Según un artículo de revisión publicado en 20141, la miel es altamente citotóxica contra las células tumorales o cancerosas, mientras que no es citotóxica para las células normales. Los datos indican que la miel puede inhibir la carcinogénesis al modular los procesos moleculares de las etapas de iniciación, promoción y progresión.
Algunos de los mecanismos por los cuales la miel ejerce sus efectos anticancerígenos son:
Apoptótico: la miel puede inducir la muerte celular programada o la apoptosis en las células cancerosas al activar las vías intrínseca o extrínseca, que implican la activación de caspasas, la liberación de citocromo c y la pérdida del potencial de la membrana mitocondrial.
Antiproliferativo: la miel puede inhibir el crecimiento y la multiplicación de células cancerosas al interferir con el ciclo celular, la síntesis de ADN y las vías de transducción de señales.
Antiinflamatorio: la miel puede reducir la inflamación, que es un proceso clave en el desarrollo y progresión del cáncer. La miel puede modular la expresión de citocinas proinflamatorias, como el factor de necrosis tumoral alfa (TNF-α), la interleucina-1 beta (IL-1β) y la interleucina-6 (IL-6), y también inhibir la actividad de ciclooxigenasa-2 (COX-2) y factor nuclear kappa B (NF-κB), que están involucrados en la inflamación y el cáncer.
Inmunomodulador: la miel puede mejorar la capacidad del sistema inmunitario para luchar contra el cáncer al estimular la producción de anticuerpos, células asesinas naturales, macrófagos y linfocitos.
Estrógeno: la miel puede modular la vía de señalización del receptor de estrógeno, que está implicada en los cánceres dependientes de hormonas, como el cáncer de mama y de próstata. La miel puede actuar como agonista o antagonista de los estrógenos según el tipo de célula cancerosa.
Como ves, la miel tiene múltiples mecanismos de acción que pueden ayudar a prevenir y tratar el cáncer. Sin embargo, no toda la miel es igual. La calidad y la composición de la miel dependen de muchos factores, como la fuente floral, el origen geográfico, el método de procesamiento, las condiciones de almacenamiento y la adulteración. Por lo tanto, es importante elegir una miel natural que sea pura, sin procesar y libre de contaminantes.
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